“Todo el mundo tiene que sacrificarse de vez en cuando en el altar de la estupidez”: y es que a veces, nos aferramos a ideas o pensamientos que nos llevan a juzgar el actuar de los demás. Y ya sea que tengamos o no razón, en ocasiones es preferible hacerse de la vista gorda y seguir adelante para ser felices y dejar a los demás a serlo a su modo.

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