Cierto....hay que ver como las personas que más predican sobre su religión son los peores, no quiero decir que no existe gente que dentro de su religión son pilares, pero la gran mayoría están tan seguros de su "entrada al cielo"que piensan que realmente tienen todo ganado.  He visto de todo dentro de las diferentes iglesias que he visitado y de diferente denominación.  Hombres que escudandose dentro de ello son unos malditos enfermos sexuales y voyeristas malsanos.  Pero esperen, las mujeres no se quedan atrás...ya están al mismo nivel de los hombres.  Con sus caras de "yo no fuí"...hay que dejarles el espacio y sus alrededores.  No solo andan muy en desacuerdo a lo que predica su libros de ley, sino que las muertitas se dedecan muchas veces a provocar hombres casados y hasta a lo pastores que les predican.

La religión se ha vuelto un escudo a muchas personas que predican la moral en paños menores, o al desnudo, porque muchas veces creen que nadie sabe o que nadie se dá cuenta de lo que hacen.  Muchas creen que los comentarios no están por las esquinas.  Se hacen y convencen de su moral y de su inocencia, de su papel o papelón de muy descente, la realidad que da pena lo que muchos, incluyendo quien les saluda comentan y las risas ni se diga.

Arrastran a sus familiar, padres, hermanos, hijos...en el acto de inmoralidad de no solo ser infiel, sino del adulterio.  La infidelidad se dá en muchos ambitos, pero la palabra real es aduterio.  Se vuelven adulteros con la excusa de tener derecho a la felicidad, pero olvidan que no debe ser pasando sobre los valores propios y de los que están a sus alrededores que deben lidiar luego con las burlas.

No es nada agradable escuchar decir ese es hijo o hija de tal persona, la que hizo tal cosa y con tal persona.  Luego les toca lidiar con el cambio de nombre que ya no es el propio sino el hijo o hija de fulan@ de tal de tal historia.  Una pena que no piensan en lo que hacen con los que están a su alrededor y como los arrastran con su mala reputación.

En fin cada cual le llega su destino donde y en quien menos imagina y más le duele.  Nada queda impune en la vida.

MC